Cuenta la mitología polinesia que una vez hubo un dios que, a pesar de lo pequeño de su tamaño, no temía a nada ni a nadie.
- Maui llegó a este mundo antes de tiempo, así que su madre lo envolvió en un mechón de sus cabellos y lo entregó al mar. Un viejo pescador lo encontró en mitad del océano y le regaló un anzuelo mágico. Lo que la familia de Maui no imaginaba es que con el tiempo el niño debilucho y enclenque acabaría pescando con él la isla del Pacífico que hoy lleva su nombre.